Si alguna vez has considerado invertir tu dinero en algún producto financiero o proyecto, muy probablemente hayas escuchado que existen dos categorías generales para clasificar instrumentos de inversión: la Renta Fija y la Renta Variable.
Entender las diferencias en ambos tipos de inversiones nos puede ayudar a tomar mejores decisiones para nuestro patrimonio. Por lo tanto, a continuación, hablaremos sobre sus características y en qué situaciones podemos invertir en ellos:
¿Qué es la Renta Fija?
Las inversiones en renta fija son todos aquellos instrumentos financieros que pagan una tasa de interés o rendimiento previamente estipulado, a un plazo determinado. Algunos ejemplos de estos instrumentos son los bonos gubernamentales como los CETES, así como también las inversiones a plazo de las distintas SOFIPOs —Supertasas, Financiera Sustentable y Kubo Financiero son algunas de éstas —.
Al tener un plazo y rendimiento establecido, los instrumentos de renta fija suelen ser opciones de inversión relativamente seguras para muchos inversionistas. Claro, siempre existe la posibilidad de impago de la persona o institución que emitió el instrumento… por lo que es importante considerar la salud financiera del emisor antes de tomar cualquier decisión de inversión.
¿Qué es la Renta Variable?
Por su parte, las inversiones en renta variable son todos los instrumentos financieros que no pueden establecer o garantizar un nivel de rendimiento. Las criptomonedas, acciones y los ETFs son algunos ejemplos de estas inversiones, puesto que su precio fluctúa diariamente y, por ende, es imposible saber la ganancia esperada en el futuro.
Si leíste nuestra entrada anterior, La relación entre riesgo y rendimiento, recordarás que la teoría financiera establece que cuanto mayor sea el riesgo de una inversión, el rendimiento también debería ser mayor para que los inversionistas la consideren una propuesta atractiva. Los instrumentos de renta variable suelen ser más riesgosos para los accionistas, ya que no existe un plazo o rendimiento establecido. Por lo tanto, los instrumentos de renta variable suelen ofrecer mayores rendimientos a largo plazo.
Entonces… ¿en qué debo invertir mi dinero?
Es importante mencionar que ningún tipo de instrumento es mejor que otro. Por lo tanto, elegir inversiones entre renta fija y variable va a depender más de tu tolerancia al riesgo y objetivos financieros.
Por ejemplo, los inversionistas conservadores suelen invertir una mayor proporción de sus activos en renta fija. Esto sucede porque este perfil tiene una baja tolerancia al riesgo y valora la seguridad de su capital por encima de grandes ganancias. Por su parte, los inversionistas agresivos tienden a preferir inversiones en renta variable, ya que tienen una alta tolerancia al riesgo. Dicha tolerancia al riesgo les permite generar altos niveles de ganancia a largo plazo.
En la práctica, la mayoría de los inversionistas invierten en ambos tipos de instrumentos. Establecer los porcentajes ideales a invertir dependerá de tu perfil de inversionista, así como también de las condiciones actuales de los mercados. Es decir, incluso los inversionistas agresivos suelen migrar parte considerable de su portafolio a renta fija en tiempos de crisis: esto les permite reducir su nivel de pérdidas en el corto plazo.
Idealmente, cualquier decisión de inversión debe estar respaldada por un buen análisis financiero. Si no sabes cómo establecer el portafolio ideal acorde a tu perfil y objetivos, sería importante que acudas con un asesor financiero independiente para tomar decisiones fundamentadas.
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