En nuestra vida diaria solemos hacer distintas compras… adquirimos los productos necesarios para la despensa, compramos ropa, vamos a restaurantes o al cine. En cada una de tus compras, te puedes percatar en el ticket de compra el desglose del total a pagar y el Impuesto al Valor Agregado o IVA. A veces incluso, nos sorprende la cantidad que representa este número con respecto al valor de la compra.
¿Sabes cómo se calcula, o por qué tienes que pagarlo? ¡Sigue leyendo para descubrirlo!
¿Qué es el IVA?
En términos generales, existen dos tipos de impuestos que el gobierno te puede cobrar. A continuación te explico cada uno de ellos:
- Impuestos a la riqueza: Estos impuestos se cobran con respecto al ingreso que genera la persona física o moral. El mayor ejemplo en México es el Impuesto Sobre la Renta o el ISR, y se cobra a todas las personas asalariadas, así como también a las ganancias de las empresas producidas durante un periodo de tiempo determinado. Entonces, por ejemplo, si eres empleado de alguna compañía y recibes nómina, sólo recibirás una fracción de tu sueldo bruto, pues te habrán retenido lo correspondiente al ISR.
- Impuestos al consumo: A diferencia del ISR, este tipo de impuesto es indirecto, lo que quiere decir que se aplica sobre el consumo de bienes o al contratar algún servicio. El Impuesto al Valor Agregado o IVA es el mejor ejemplo de este tipo de impuesto en México. Prácticamente cada que realices una compra, podrás ver el desglose de este impuesto en tu ticket de compra o factura.
El IVA se calcula multiplicando el porcentaje de 16% sobre el valor del producto o servicio. Anteriormente se tenía una tasa preferencial en las zonas fronterizas de un 11%, pero ésta fue removida durante la Reforma Fiscal 2014.
¿Qué tipo de productos pagan IVA?
De acuerdo a la Ley del Impuesto al Valor Agregado, las personas físicas y morales deberán pagar este impuesto si realizan alguna de las siguientes actividades:
- Enajenación de bienes: Básicamente, la compra-venta de cualquier producto genera un monto de IVA a pagar.
- Prestación de servicios independientes: Si eres persona física con actividad empresarial, cobras por honorarios o das servicios profesionales independientes, debes cobrar el IVA a tus clientes.
- Otorgar el uso o goce temporal de bienes: Aquí entran las rentas de coches, bienes inmuebles y cualquier otro tipo de acciones que impliquen el aprovechamiento temporal de una propiedad a cambio de un pago.
- Importación de bienes y servicios: Traer producto del extranjero al país también genera IVA a pagar.
Cabe aclarar que la Ley del Impuesto al Valor Agregado tiene contempladas ciertas excepciones para el pago del IVA, y ésta puede ser la razón por la cual el monto del IVA en tu factura o ticket no corresponda al 16% del total de tu compra. Algunos ejemplos son los siguientes:
- La enajenación de animales y vegetales no industrializados (excepto el hule, perros, gatos u otras especies utilizadas como mascotas).
- Medicinas de patente y productos destinados a la alimentación (excepto para algunos productos como jugos, néctares, concentrados de frutas, jarabes para refresco, caviar, salón, chicles o goma de mascar).
- Hielo o agua no gaseosa.
- Prestación de servicios de molienda, trituración de maíz o trigo, pasteurización de leche, sacrificio de ganado y aves de corral.
¿Cómo funciona el IVA para las PYMES o freelancers?
Cuando eres el consumidor final de un producto o un servicio, eres tú quien termina por hacer el desembolso total del IVA. En este caso, no hay obligación de incluir este gasto en tu declaración anual. Sin embargo, para todas las empresas así como también los profesionales que otorgan servicios independientes, la mecánica del IVA es un tanto diferente a la descrita anteriormente.
Al realizar una venta del producto o productos de tu empresa, u otorgas un servicio independiente, la Ley del IVA te exige que traslades el impuesto a tu cliente: es decir, tú le cobras el 16% del valor de tu producto o servicio al comprador.
Por otra parte, cualquier compra que realices para manufacturar tu producto o proveer tu servicio te causará IVA a pagar. Tu proveedor en este caso será quien te retenga ese impuesto.
La diferencia entre el IVA cobrado a tus clientes y el IVA que tú pagaste por tus compras te dará un saldo a favor o en contra. Si el IVA cobrado a tus clientes es mayor al IVA que desembolsaste durante un periodo, entonces tendrás un saldo en contra que tendrás que pagar a Hacienda. Por contraste, si el IVA cobrado a tus clientes es menor al IVA de tus compras, tendrás un saldo a favor que podrás solicitar para su devolución o acreditarlo para meses posteriores.
Y finalmente… ¿por qué tengo que pagar el IVA?
En algún momento en el pasado escuché a alguien que pensaba que el IVA era el equivalente a la propina en los restaurantes y esto no puede estar más lejos de la realidad… el IVA es un impuesto y como tal su pago no es opcional ni puede ser discrecional.
Aunque no nos guste la idea de pagar más de la cuenta, el IVA es una de nuestras obligaciones fiscales y por lo tanto tenemos que ser responsables en su pago. Esto aplica, sobre todo, para empresas y profesionales independientes. No hacer las declaraciones de IVA u omitir el pago del impuesto puede dar pie a auditorías o multas por evasión fiscal. Es mejor evitar llegar a dichas instancias y realizar nuestra contabilidad como corresponde. A la larga, esto será lo mejor para tus finanzas.
Fuente
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. Ley del Impuesto al Valor Agregado. Link: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/77_091219.pdf