¿Necesitas un crédito, pero sientes que te están ofreciendo una tasa de interés muy elevada? ¿Te confunden los números que te dicen en los bancos para estimar el gasto total asociado a tu crédito? Incluso como experta en finanzas, reconozco que los bancos e instituciones financieras suelen ser bastante confusos en el manejo de su información publicitaria… por lo que es difícil hacer comparaciones entre distintos productos financieros. Así que a continuación te voy a dar unos tips para que puedas elegir el crédito más barato.
Primero… necesitas determinar el tipo de crédito que necesitas
Antes de comenzar a comparar tasas de interés y créditos, es importante que determines para qué vas a usar tu crédito; a muchas personas les pasa que escogen un tipo de crédito inapropiado para sus necesidades y terminan gastando mucho más de lo que pudieron haber pagado en intereses.
¿Cómo es posible esto? Bueno, lo que sucede es que las tasas de interés de los créditos varían en función del objetivo del crédito y la garantía que otorgues para pagarlo. Por ejemplo, no vas a pagar lo mismo por un crédito hipotecario que por un crédito personal. Como los créditos hipotecarios están respaldados por un inmueble que el banco puede confiscar en caso de impago… es normal que las tasas de estos créditos sean menores. Por otra parte, un crédito personal por lo general no tiene una garantía o aval por el cual se pueda respaldar, así que las tasas se elevan considerablemente para este tipo de créditos.
Un error muy común para los emprendedores es que buscan créditos personales para solventar las necesidades de capital de sus empresas. Si bien es más sencillo que te otorguen el crédito personal, a final de cuentas estarías inflando considerablemente el gasto por interés para tu negocio… lo que se traduce en menores utilidades para sus inversionistas. A veces es preferible cumplir con más requisitos y aplicar para un crédito empresarial o PYME… así tendrías acceso a mejores tasas y te estarías ahorrando una cantidad considerable en intereses.
Evalúa muy bien para qué utilizarás ese dinero y en base a ello busca el tipo de crédito que más te conviene. Así podrás comenzar a comparar productos financieros entre bancos.
Revisa cuál es el CAT y la tasa de interés del crédito
Cuando vamos a pedir un crédito, es muy común que nos fijemos primeramente en la tasa de interés, pues finalmente una parte muy importante del costo de nuestro crédito dependerá de este número. No obstante, éste no es el único indicador que hay que tomar en cuenta, ya que existen comisiones y otros costos asociados a los préstamos que pueden variar nuestro desembolso final.
El indicador más importante para comparar distintos créditos es el CAT o Costo Anual Total, que es una medida estandarizada que muestra en términos porcentuales cuánto estarías gastando por año en el crédito que vas a contratar. En este porcentaje se incluye la tasa de interés de tu crédito, así como comisiones y seguros que vengan incluidos en las condiciones de tu préstamo. Por lo tanto, si bien una tasa de interés es un primer punto de referencia para calcular el gasto financiero de tu crédito, el CAT es un indicador más completo de cuánto estarás desembolsando en realidad.
En nuestra entrada anterior, Qué es el CAT, tienes una guía más completa para entender el cálculo del CAT. Pero en términos generales, para conseguir el crédito más barato, tienes que elegir aquél que tenga el menor CAT. Un CAT menor significa que tendrás menos gastos relacionados a tus créditos.
Importante: No olvides revisar la política de pagos anticipados
Si pides un préstamo con posibilidades de poder liquidarlo antes del plazo en que lo contrataste, entonces revisa muy cuidadosamente la política de pagos anticipados de tu préstamo.
En algunos créditos, existen penalizaciones por realizar pagos anticipados a tus créditos. Ello sucede porque el banco finalmente estaría perdiendo parte de las ganancias que esperaba obtener al aprobarte el crédito. Al cobrarte una penalización, se desincentiva el pago anticipado de tu deuda y entonces tendrías que atenerte a cubrir los montos establecidos durante el plazo del crédito.
Te recomiendo ampliamente que revises esta política, ya que si se permiten los abonos a capital, tienes oportunidad de abaratar tu crédito al hacer pagos mayores al esquema de pagos mensuales acordados inicialmente. Cuando tú contratas un crédito, se te genera una tabla de amortización que desglosa qué parte de tu crédito se dirige al pago de intereses y qué parte abona a capital. Los intereses se calculan sobre el monto insoluto del capital. Así que al hacer pagos mayores, el exceso de pago se abona al capital de tu deuda, lo que eventualmente reducirá el gasto por interés.
Para concluir, te recuerdo que es muy importante siempre tener muy claro el objetivo de un crédito y contratarlo únicamente cuando estás seguro que podrás cubrir con esa obligación. De no ser así, tu historial crediticio puede sufrir las consecuencias y ello podría evitar que puedas lograr otras metas en el futuro. Así que ten cuidado, compara tus alternativas, y escoge la que mejor opción que se adapte a tus necesidades.
¡Mucho éxito!