¿Sientes que tus deudas nunca terminan? ¿Por más que trabajas y trabajas… no entiendes a dónde se va todo el dinero que ganas? ¿Tu cuenta de ahorro para el retiro está en ceros? Si te sentiste identificado con alguna de estas preguntas, déjame decirte que no estás solo: hay cientos de mexicanos que como tú, no comprenden el por qué no les rinde el dinero como debería. A continuación te voy a explicar cómo tener un mejor manejo de tus finanzas.
¿Qué significa “sanear” mis finanzas?
La palabra sanear es el verbo proveniente de la palabra “sano”, que según la RAE significa “afianzar o asegurar la reparación o satisfacción del daño que puede sobrevenir”. Como segundo significado también aparece el “reparar o remediar algo”. Cuando nos referimos al término de sanear tus finanzas, estamos hablando en realidad de reestructurar nuestro flujo de ingresos y gastos para así tener el dinero suficiente para cubrir nuestras necesidades, pagar deudas, ahorrar e incluso invertir.
Se suele referir al término de salud financiera para evaluar qué tan bien o mal se encuentra una persona en términos monetarios. Si lo quieres ver de la siguiente manera, se podría resumir en el siguiente gráfico:
En esencia, una buena salud financiera o unas finanzas sanas son aquellas que te dejan un flujo positivo después de haber considerado todos tus gastos, incluyendo el pago de tus deudas. Ello te permitirá ahorrar para tus metas a largo plazo.
¿Entonces cómo puedo sanear mis finanzas?
Primeramente, es indispensable identificar en qué punto te encuentras de la gráfica anterior, pues dependiendo de ello es la acción necesitarás tomar. Así que es momento en que revises todos tus ingresos y a ellos le restes todos tus gastos, para saber si te encuentras en alguna de estas situaciones:
- Mala salud financiera: si estás en la zona roja, ello quiere decir que estás excediéndote en gastos… es decir, que tu ingreso no alcanza a mantener el estilo de vida que llevas al realizar todos estos gastos. Es muy probable que en este punto estés endeudándote cada vez más o incluso estés dejando de pagar tus deudas existentes.
- Punto de equilibrio: si al final de la quincena alcanzaste a pagar todos tus gastos, pero te quedaste prácticamente con los bolsillos vacíos, te encuentras en la zona naranja del punto de equilibrio. Afortunadamente no es necesario endeudarte más para solventar tus gastos, pero tampoco estás ahorrando para cualquier emergencia o incluso no podrías incrementar el ahorro para tu retiro.
- Buena salud financiera: ¡felicidades! Si al haber pagado todos tus gastos, aún te queda una parte de tus ingresos íntegro, estás en muy buena posición de generar ahorro e irlo incrementando. Tan sólo es importante tomar en cuenta que debes manejar tu ahorro de tal manera que éste mismo siga creciendo por sí mismo a través de distintas inversiones.
Imagino que si estás leyendo esta entrada, quizá te encuentras en la zona roja o la naranja, así que empecemos a analizar cómo pasar de la zona roja a la verde. Si tienes una mala salud financiera, lo que sucede es que estás gastando más de lo que tus ingresos pueden solventar. El primer paso es hacer una evaluación exhaustiva de cada uno de tus gastos y definir cuáles se pueden omitir en su totalidad o al menos reducirlos. Si estás endeudándote para irte de vacaciones, viajar, o salir a restaurantes… todos estos lujos se deben ir inmediatamente para aliviar la carga financiera de tu sueldo o ingreso.
Desafortunadamente no hay secretos o trucos mágicos para alcanzar una mejor salud financiera: todo se reduce a trazar un presupuesto que puedas seguir al pie de la letra. Cuando hayas quitado todos aquellos gastos superfluos para tu vida y te apegues a tu presupuesto cuyos gastos sean menores a tus ingresos, empezarás a notar que comenzará a sobrarte dinero… este dinero, temo decirte, deberás usarlo para liquidar todas tus tarjetas de crédito o deudas que tengas pendientes.
Seguramente te preguntarás… ¿por qué no me dedico a pagar el mínimo de mis tarjetas y ya? ¿Para qué me limito tanto con mi presupuesto de gastos? Bueno, el problema de los pagos mínimos de las tarjetas es que tus deudas se prolongan demasiado por los intereses que los bancos te cobran. Entre más pequeño sea el pago que haces a tus deudas, un mayor porcentaje de tu dinero se irá al pago de intereses —se ha estimado que si sólo cumples con pagos mínimos, alrededor del 70% de ese monto es pago de interés, y el otro 30% irá a la liquidación del monto de la deuda—, lo que implica que te tomará mucho más tiempo saldar tu tarjeta y al final del día estarías pagando hasta cuatro veces más el valor de tu deuda original, dependiendo la tasa de interés de tu tarjeta.
Si bien quizá no te sea posible pagar de golpe el monto total de tu deuda, lo que sí puedes hacer es pagar lo máximo que puedas para saldarlas. Entre más pronto lo hagas, el banco te cobrará menos intereses y la deuda se resolverá más rápido. En este punto del tiempo, es bastante probable que el gasto por las deudas reduzca tu ingreso a cero… es decir, has alcanzado la zona naranja. Adecuarte para llegar a la zona naranja es bastante difícil sin duda… seguramente estabas acostumbrado a una vida más lujosa que tuviste que eliminar por completo para pagar deudas, y al final puede ser frustrante pensar que te quedaste como en un principio: sigues sin tener dinero.
La buena noticia es que durante este periodo, aprenderás a sobrevivir con los gastos indispensables, y una vez que acabes de pagar tus deudas, este monto podrá convertirse finalmente en un ahorro. Así que en vez de que tu relación de ingresos y gastos se vea como la gráfica anterior, una vez que pagues tus deudas se vería así:
A partir de aquí puedes considerar aumentar un poco tus gastos para incluir aquellos lujos que tuviste que omitir en primera instancia para liquidar tus deudas, pero recuerda que estos nunca deben exceder el valor de tus ingresos totales. Debes hallar el equilibrio entre lo que ganas y el estilo de vida que puedes solventar.
De todos modos, recuerda que unas finanzas sanas también contemplan el ahorro para el retiro, así como también fondos de emergencia a los que podamos acudir en caso de algún inconveniente. Proponte la meta de ahorrar un porcentaje de tus ingresos y procura no tocarlo en la medida de lo posible.
También te recomendaría que, conforme vayan creciendo tus ahorros, comiences a considerar opciones de inversión. Si inviertes tus ahorros, éstos comenzarán a multiplicarse por sí mismos sin necesidad de algún esfuerzo extra de tu parte… así que no tengas miedo de buscar un asesor financiero que te oriente a encontrar el mejor instrumento de inversión para tus necesidades.
En conclusión, unas finanzas sanas no sólo te servirán para tener un mejor panorama de tu futuro económico, sino también para aliviar el estrés que el dinero nos puede ocasionar. Recuerda que el dinero es una herramienta para tener una buena calidad de vida… no permitas que un mal manejo del mismo te provoque más problemas.
¿Aún tienes dudas sobre cómo manejar tus finanzas? ¿Te sientes incapaz de pagar tus deudas, o no sabes en qué invertir tus ahorros? No dudes en contactarnos, estamos a tu disposición para ayudarte en lo que necesites.