Desde mi punto de vista, los créditos son un gran aliado para lograr nuestras metas de vida y alcanzar objetivos financieros. Por ejemplo, un crédito hipotecario puede ayudarte a adquirir la casa de tus sueños; un crédito educativo facilita el financiamiento para tus estudios profesionales y de posgrado; y un crédito empresarial es capaz de potencializar el crecimiento de tu negocio o emprendimiento.
No obstante, un mal manejo de créditos puede provocar el efecto contrario y darte muchos dolores de cabeza. Así que, si actualmente cuentas con uno o varios créditos y has considerado dejar de pagarlos, a continuación, te comparto tres consecuencias que puedes enfrentar al dejar de pagar un crédito:
Tu historial crediticio se verá dañado
Si leíste nuestra entrada anterior 4 maneras de iniciar tu historial crediticio, recordarás que el historial crediticio es un reporte que contiene el registro de tus créditos anteriores y tu comportamiento en los pagos; es decir, si fuiste o no puntual con tus obligaciones financieras.
Al contratar cualquier crédito, la empresa o institución financiera que te lo otorgó reportará mensualmente si pagaste a tiempo o no. En caso de atrasos o impagos, tu historial crediticio se verá afectado negativamente.
Un mal historial crediticio puede dificultar la obtención de nuevos créditos en el futuro, ya que los bancos usualmente no prestan dinero a personas que no cumplen con sus obligaciones financieras. Si es que llegas a acceder a productos de crédito, éstos muy probablemente tengan una tasa de interés alta.
Tendrás que pagar tasas moratorias
Además de la afectación a tu historial crediticio, otra de las grandes consecuencias de atrasarnos en pagos de crédito es el cobro de las multas y tasas de interés moratorias. Las tasas de interés moratorias son cobros adicionales a la tasa de interés que ya pagas en tu crédito, lo que incrementaría el total de tu deuda a pagar.
Si no eres capaz de realizar el pago de tu tarjeta bajo condiciones normales, las tasas moratorias podrían dificultar aún más la liquidación del crédito. Por lo tanto, es importante evitar atrasos para no incurrir en este tipo de desembolsos.
Podrías ser sujeto de embargo
Una de las consecuencias más extremas que puedes enfrentar con el impago de las deudas es ser sujeto de embargo. Es decir, cuando tienes atrasos significativos en el pago de tus créditos, la institución financiera puede emprender acciones legales para utilizar tus bienes como medio de pago.
Los créditos hipotecarios y automotrices suelen terminar en embargo en caso de impago. También, otro tipo de créditos como los personales podrían desembocar en un embargo si existe una orden de un juez que lo determine.
Si bien debemos tener cuidado con nuestras finanzas por el tema de los embargos, también es importante mencionar que la CONDUSEF aclara que nadie puede ser encarcelado por una deuda de carácter civil con una institución crediticia como bancos y otras entidades financieras.
En conclusión, adquirir cualquier tipo de crédito conlleva una gran responsabilidad. Siempre que vayas a pedir un préstamo, es importante establecer un plan de pagos para evitar caer en atrasos o default. No olvides revisar tu capacidad de pago antes de adquirir cualquier tipo de deuda.
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