Ser padre es una experiencia sumamente bella, aunque también lleva consigo una gran responsabilidad financiera. Uno de los principales desafíos financieros a largo plazo para los padres es asegurar que sus hijos tengan acceso a educación de calidad, por lo que éste suele ser un tema de inquietud para las finanzas familiares.
Si quieres que tu hijo cuente con educación universitaria en el futuro, pero te preocupa el cómo financiarás sus estudios, ¡no te angusties! A continuación, te comparto tres productos financieros que pueden ayudarte a solventar la educación de tus hijos:
Seguro Educativo para tus hijos
Un seguro educativo, también conocido como SeguBeca, es un producto financiero que se compone de un plan de ahorro y un seguro de vida. Es decir, cuando contratas un seguro educativo, la aseguradora te brindará un esquema de pago de primas periódicas por el plazo del contrato. Estas primas serán utilizadas para solventar tu seguro de vida y, por supuesto, para acumular capital para los estudios universitarios.
Los seguros educativos garantizan que tu hijo no quedará desprotegido ya que, en caso de tu fallecimiento —tocamos madera—, el seguro de vida cubrirá el monto necesario para la educación universitaria. Si este no es el caso, al finalizar el plazo de la SeguBeca, los recursos acumulados serán liberados para el pago de los estudios.
Los seguros educativos suelen contratarse en pesos, dólares o en UDIs; te recomiendo elegir este último esquema para proteger tus ahorros de la inflación, así como también para evitar que una apreciación del peso mexicano disminuya tus ahorros en dólares.
Fideicomiso Educativo
Un fideicomiso educativo es un instrumento jurídico y financiero en donde un donante deposita dinero o activos. Dichos fondos son administrados por un fideicomisario, quien tiene la responsabilidad de invertir y administrar los recursos de manera que generen un rendimiento.
A diferencia de un seguro educativo, un fideicomiso educativo puede otorgarte mayores recursos al finalizar el plazo porque estos son invertidos en instrumentos financieros como bonos, acciones o ETFs. A su vez, los fideicomisos educativos pueden ser más flexibles en cuanto al periodo de aportación y las cantidades de dinero a depositar.
También es importante mencionar que, por tratarse de un ahorro para la educación, los rendimientos obtenidos por el fideicomiso educativo están exentos del Impuesto Sobre la Renta o ISR.
Inversiones por cuenta propia
Si bien los seguros y fideicomisos educativos son productos financieros que aseguran la educación de tu hijo, también es importante mencionar que ambos esquemas suelen tener costos de administración relativamente altos que merman el total de los recursos a tu disposición. En este caso, invertir por cuenta propia puede ser una opción atractiva porque todos los rendimientos serían exclusivamente en beneficio tuyo y de tu familia.
Como asesora financiera, suelo recurrir a esta opción cuando existe una verdadera disciplina, compromiso y constancia de ahorrar a largo plazo. Eso sí, si eres principiante en el tema de las inversiones, sería importante acudir con un asesor financiero independiente que realice una estrategia de inversión acorde a tus objetivos y plazos.
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