A lo largo de mi experiencia como asesora financiera, he visto que algunas personas tienen distintos pensamientos erróneos sobre el dinero que les impide lograr unas finanzas sanas. Esto, como consecuencia, lleva consigo el tener una mala relación con el manejo del dinero.
Si bien es importante contar con ahorros, o tener un nivel de deudas saludable, también es indispensable limitar el efecto emocional negativo que tiene el dinero sobre nuestras vidas. Por lo tanto, a continuación, te voy a compartir cinco pensamientos erróneos sobre el dinero, y cómo puedes combatirlos:
Tener dinero me hará más feliz
Estoy muy segura de que, al menos en alguna ocasión, has pensado que tus problemas se resolverían fácilmente si fueras millonario. El tener un gran patrimonio o contar con muchos bienes materiales suele asociarse al éxito y a la felicidad.
Si bien el dinero puede darnos tranquilidad y seguridad en muchos aspectos de nuestra vida, lo cierto es que ser “millonario” o “rico” no es garantía de mayor felicidad. El dinero no puede comprar el amor de la familia, la salud o una amistad sincera.
Por lo tanto, cada vez que pienses que tener dinero te hará más feliz, piensa en las bendiciones que tienes en tu vida. Trabajar por conseguir más dinero desde un lugar positivo hará que el camino a tu éxito financiero sea más ameno.
El dinero no es importante
Aunque el dinero no es sinónimo de felicidad, lo cierto es que el dinero SÍ es importante en la vida diaria. El dinero, al ser un medio de cambio, es la herramienta principal para tener acceso a un hogar, comida, educación, servicios de salud, entre muchas otras cosas.
Entonces, si bien no es indispensable ser rico para ser pleno o feliz, sí debemos de contar con un cierto nivel de ingreso para satisfacer nuestras necesidades básicas. Procura no bajar de este ingreso mínimo para evitar endeudarte o comprometer tu integridad. Y si cuentas con deudas, resultaría apremiante el estructurar un plan de pagos que libere tus ingresos disponibles.
No puedes ahorrar si no ganas más dinero
Algunas personas consideran que sólo las personas con ingresos altos son capaces de ahorrar. Por lo tanto, desisten de cualquier objetivo de ahorro ya que lo consideran una hazaña imposible.
Si te sientes identificad@ con este pensamiento, recuerda que el hábito del ahorro no se trata solamente de cuánto ganas… sino también, de cuánto gastas.
Recordemos que, para generar un ahorro, debemos tomar el monto de nuestros ingresos y restarle el total de nuestros gastos, incluyendo aquellos de necesidad básica y también los gastos de entretenimiento o discrecionales. Quizá en este momento no estés teniendo el ingreso que deseas, o el que aspiras a tener… pero lo cierto es que sí tienes control absoluto del total de tus gastos. Y con un poco de disciplina financiera, podrás mantenerlos a raya para empezar a ahorrar.
Invertir es solo para ricos
Muchas personas aún tienen el pensamiento de que se requiere un gran capital para invertir, y que sus “pequeños ahorros” no serían suficientes para comprar bonos, acciones u otros instrumentos financieros.
En el pasado era común que los fondos de inversión y casas de bolsa tradicionales requirieran un alto nivel de capital para invertir. Sin embargo, hoy en día existen otras alternativas de inversión accesibles para la población en general. Por ejemplo, en CETES Directo puedes adquirir deuda gubernamental con un monto mínimo de $100 pesos. También, en algunas casas de bolsa puedes abrir cuentas online con capital inicial de $1,000 pesos; en tanto que en plataformas de crowdfunding se podría comenzar con rangos desde los $200 hasta los $2,500 pesos.
Si bien invertir con montos pequeños no te hará rico de un día para otro, la constancia del ahorro y la inversión es un buen inicio para sentar las bases de tu patrimonio.
Si gano más dinero, tendré menos deudas
Hay personas que piensan que, si tienen un alto nivel de ingresos, el total de sus deudas se reduciría drásticamente. Sin embargo, el descontrol de las deudas no tiene tanto que ver con el nivel de ingresos con el que contamos… sino más bien, depende de la incapacidad de vivir acorde a nuestro sueldo.
Si no controlas tus deudas, o cuentas con un plan de pago para liquidarlas, no importa cuánto dinero ganes: siempre vivirás endeudad@. Entonces, si quieres comenzar a reducir tu nivel de deudas, no esperes a tener un aumento de sueldo: comienza por recortar aquellos gastos no indispensables y canaliza este dinero al pago de tus créditos pendientes.
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