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Lecciones Financieras de Intensamente 2

Si leíste nuestra entrada anterior Y, ¿cómo es tu relación con el dinero? recordarás que el dinero puede provocar sentimientos de gran intensidad y lecciones. Esto sucede porque tener dinero significa que vamos a tener no sólo lo que necesitamos, sino también lo que anhelamos y deseamos… lo que nos hace sentirnos felices, seguros y tranquilos. Por otra parte, la falta de dinero o la incertidumbre sobre el mismo provoca miedo y malestar. Porque no sabemos a ciencia cierta si podremos cubrir siquiera nuestras necesidades básicas.

Cuando recién vi la película “Intensamente 2”, no pude evitar pensar cómo nuestras emociones impactan directamente en muchas de nuestras decisiones, incluyendo los temas financieros. Mantener nuestras emociones reguladas nos puede ayudar a llevar unas finanzas personales saludables, lo que a su vez nos dará mayor tranquilidad. Por lo tanto, a continuación, hablaremos sobre las distintas emociones que vimos en “Intensamente 2” y cómo éstas pueden enseñarnos lecciones valiosas sobre finanzas personales:

Alegría: La Importancia del Ahorro

Alegría siempre busca lo positivo en cualquier situación o lección. En finanzas personales, esta emoción nos recuerda la importancia de ahorrar, ya que nuestros ahorros suelen ser el medio para lograr los sueños que más anhelamos. Al igual que Alegría acumula recuerdos felices, nosotros deberíamos acumular ahorros para alcanzar nuestras metas y objetivos. Tener un fondo de emergencia y ahorrar para metas a largo plazo nos proporciona una base sólida y seguridad financiera.

Un consejo que puedo darte para que alcances tus objetivos de ahorro es automatizar tus ahorros para que una parte de tu ingreso se deposite directamente en una cuenta de ahorro cada mes.

Tristeza: Aprender de los Errores Financieros

En ambas películas de Intensamente, Tristeza es una emoción profunda y empática que a menudo parece fuera de lugar, pero que juega un papel crucial en ayudar a Riley a procesar sus experiencias y conectar con los demás. Tristeza nos recuerda que enfrentar y aceptar las emociones difíciles es fundamental para superar desafíos. En el contexto financiero, esto significa no ignorar los momentos de dificultad, como enfrentar una deuda creciente o un gasto inesperado, sino reconocerlos y abordarlos con una mentalidad constructiva.

Cuando enfrentes dificultades financieras, no rehúyas de la situación, aunque te provoque tristeza o angustia. Reconocer tus problemas y permitirte sentir esas emociones es el primer paso para encontrar soluciones efectivas. Aceptar la realidad de tus problemas financieros y enfrentar tus emociones te permitirá desarrollar estrategias para superarlos.

Miedo: Planificación y Precaución

Miedo suele estar constantemente preocupado por los peligros inmediatos y lo que podría salir mal en el presente. En el ámbito financiero, esta emoción se manifiesta cuando nos enfrentamos a situaciones actuales que parecen amenazantes o inciertas, como una pérdida de empleo o una inversión arriesgada. Aunque no queremos vivir en constante estado de preocupación, manejar estas preocupaciones de manera efectiva es una lección crucial para nuestra estabilidad financiera.

Para manejar las preocupaciones financieras actuales, establece un plan claro para abordar los problemas inmediatos. Por ejemplo, crea un presupuesto para manejar gastos inesperados y asegúrate de tener un fondo de emergencia para situaciones urgentes. Mantén un enfoque proactivo y busca soluciones prácticas para reducir el impacto de estas preocupaciones.

Desagrado: Evitar las Deudas Innecesarias

Desagrado nos ayuda a discernir entre lo que es bueno para nosotros y lo que no lo es. En términos financieros, esta emoción puede guiarnos para evitar decisiones que no aportan valor a largo plazo. Por ejemplo, puede impulsarnos a ser cautelosos con inversiones arriesgadas o gastos innecesarios que no mejoran nuestra calidad de vida. Identificar lo que no nos beneficia es esencial para tomar lecciones y decisiones financieras más sabias.

Por lo tanto, es recomendable evaluar cada gasto o inversión desde la perspectiva de su valor a largo plazo. Pregúntate si realmente contribuirá a tus metas financieras o si es simplemente un gasto impulsivo. Evita decisiones financieras que no alineen con tus objetivos a largo plazo y que puedan comprometer tu estabilidad económica.

Furia: Controlar los Gastos Impulsivos

Furia a menudo reacciona de manera intensa a situaciones que parecen injustas o molestas. En el ámbito financiero, Furia puede llevarnos a tomar decisiones impulsivas, como hacer compras grandes en momentos de enojo o frustración. Controlar esta emoción es crucial para evitar que nuestras reacciones afecten negativamente nuestro presupuesto y nuestras metas financieras.

Cuando sientas que la ira está influyendo en tus decisiones financieras, tómate un momento para calmarte antes de actuar. Considera las consecuencias a largo plazo de tus decisiones y busca alternativas más racionales. La toma de decisiones calmada y reflexiva te ayudará a mantener un equilibrio en tu planificación financiera.

Ansiedad: La Preparación para el Futuro

Ansiedad se enfoca en los temores sobre el futuro y las posibles incertidumbres. En términos financieros, esta emoción se relaciona con la preocupación por eventos futuros como la jubilación, la educación de los hijos o la posibilidad de gastos imprevistos. Aunque la ansiedad sobre el futuro es natural, es fundamental tomar medidas proactivas para manejarla y tenerla bajo control.

Para abordar la ansiedad sobre el futuro, elabora un plan financiero a largo plazo que incluya ahorro para la jubilación, fondos para la educación y seguros adecuados. Establece metas financieras claras y revisa tu plan regularmente para ajustar según sea necesario. Tener una estrategia bien definida te ayudará a sentirte más seguro y reducir la ansiedad relacionada con el futuro.

Envidia: Mantenerse en tu Propia Carrera

Envidia puede surgir cuando comparamos nuestras finanzas con las de los demás. Esta emoción puede llevarnos a desear lo que otros tienen, lo que a menudo resulta en decisiones financieras impulsivas o en la frustración. En lugar de permitir que la envidia nos guíe, es más útil centrarse en nuestras propias metas y en cómo podemos mejorar nuestra situación financiera.

Así que, en lugar de compararte con los demás, establece tus propios objetivos financieros y trabaja hacia ellos. Celebra tus logros personales y busca maneras de mejorar tu situación económica sin dejarte influenciar por la apariencia externa de éxito financiero de otros.

Vergüenza: Superar los Errores Pasados

Vergüenza puede aparecer cuando nos sentimos mal por errores financieros pasados o por no cumplir con ciertos estándares o lecciones. En lugar de dejar que la vergüenza te detenga, úsala como una oportunidad para aprender y crecer. Aceptar que todos cometemos errores financieros es el primer paso para superar el estigma y avanzar hacia una mejor salud financiera.

Superar la vergüenza en temas financieros puede implicar hablar abiertamente sobre tus errores financieros con personas de confianza o busca asesoría profesional. Aceptar tus fallos y aprender de ellos te permitirá tomar decisiones más informadas y mejorar tu situación financiera en el futuro. No dejes que la vergüenza te impida buscar ayuda o hacer cambios necesarios en tu enfoque financiero.

Ennui: Mantener el Compromiso Financiero

Ennui, o el tedio, puede llevarnos a perder interés en la gestión de nuestras finanzas. Sentirse desinteresado o indiferente hacia nuestras metas financieras puede ser perjudicial. Es importante encontrar maneras de mantenernos comprometidos y motivados, incluso cuando el entusiasmo disminuya.

En este punto, te recomiendo establecer metas financieras a corto y largo plazo que te inspiren. Celebra los pequeños logros y mantén una rutina de revisión financiera periódica para mantener el interés y la responsabilidad.

En conclusión, «Intensamente 2» no solo es una película entretenida y conmovedora, sino que también nos ofrece lecciones valiosas sobre cómo gestionar nuestras emociones y, por ende, nuestras finanzas personales. Al entender y controlar nuestras emociones, podemos tomar decisiones financieras más sabias y construir un futuro económico más estable.

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