Saltar al contenido

Lecciones del COVID-19 para nuestras finanzas

El coronavirus o COVID-19 está teniendo, sin duda, un gran impacto en la economía mundial. Se cierran los gimnasios, restaurantes, bares; se cancelan eventos públicos y espectáculos; y en algunos casos más extremos, hay toques de queda, se cierran fronteras y vuelos internacionales. Y mientras tanto, las bolsas de valores de todo el mundo se desploman… y para algunos de nosotros, esta recesión podría implicar reducciones de sueldo o incluso pérdidas en nuestros negocios. 

Y aún no menciono el elevado costo de contraer la enfermedad, así como las implicaciones que tiene para nuestra salud.

¿Qué hacer en estos casos? ¿Cómo proceder ante un panorama tan caótico? A continuación te doy tres consejos para que puedas manejar esta situación.

Mantén la calma

Para muchos millenials en México, ésta es la primera recesión que enfrentamos siendo empleados o emprendedores. La última vez que se suscitó una crisis financiera tan grande fue en 2008 a raíz de la crisis hipotecaria de Estados Unidos. En aquél entonces, muchos de nosotros éramos estudiantes y quizá no vivimos en carne propia los resultados tan catastróficos de ese tiempo.

Es comprensible que si tienes un empleo, te sientas preocupado por una posible reducción de sueldo… o en el peor de los casos, la pérdida del mismo. Por otra parte, si eres un empresario, quizá te sientas preocupado al ver que tus clientes disminuyen considerablemente a causa de la cuarentena. 

Aunque no nos guste, esta es nuestra realidad de momento. Nos enfrentamos a una crisis de salud extremadamente fuerte, y la salud tiene prioridad ante todo. No podemos generar dinero si nos enfermamos; los efectos de la crisis serán peores si más personas se contagian al querer continuar con sus actividades diarias. 

Lo mejor es mantener la calma y aceptar la situación… debemos acatar las medias de sanidad adecuadas y proceder conforme a las instrucciones de las autoridades. De nada sirve preocuparte; al contrario, tener una actitud tranquila te llevará a pensar con mayor claridad… lo que me lleva al siguiente punto.

Evalúa tus alternativas

¿Sientes que tu fuente de ingresos está en riesgo? Es momento de sentarte a analizar tus finanzas y ver si tienes actualmente alguna fuente de liquidez. Tu fondo de emergencia puede ser el mayor aliado para una época difícil en tu negocio o para un posible desempleo.

Si no tienes un fondo de emergencia, puedes considerar pedir un crédito para cubrir tus gastos esenciales. Sin embargo, debes estar consciente de que estás adquiriendo una deuda que eventualmente tendrás que pagar con intereses. Si no tienes otra fuente de liquidez más que esta, procura escoger aquellos créditos que tengan el CAT más pequeño.

En momentos de dificultad económica es cuando debemos ser más precavidos con nuestros gastos. Es aquí cuando uno debe reducir al máximo todos los desembolsos que no son fundamentales para nuestra manutención; elimina de tu presupuesto todo aquello que no sea despensa, pago de servicios, renta o medicamentos. 

Y sobre todo, si eres de los afortunados que no tienen sus ingresos en riesgo ante la crisis… ahorra todo lo que puedas. Nunca sabes en qué momento podrías necesitar de dicho ahorro.

Haz un ejercicio de consciencia  

Aprovechando la cuarentena voluntaria por la que estamos pasando, éste es un excelente momento para evaluar tus hábitos de gasto y ahorro. ¿Sientes que tus ahorros son muy pequeños? ¿Te habría gustado estar mejor preparado para la crisis?

Desafortunadamente, este tipo de situaciones son muy difíciles de prever. No sabemos a ciencia cierta cuándo tendremos problemas económicos… pero lo que sí podemos hacer es generar un ahorro en épocas de bonanzas. En vez de gastarte todo tu sueldo en diversión, viajes o ropa, es importante reservar una parte de tus ingresos para cualquier emergencia. 

Quizá sientas que este momento es un poco tarde para pensar en ahorrar… pero nunca es tarde para reflexionar al respecto. A veces nos tienen que pasar situaciones difíciles para entender la importancia de unos buenos hábitos financieros; así que es momento de aprender de las dificultades, actuar y superarlas. 

No sabría decirte a ciencia cierta cuánto tiempo tomará recuperarnos, pero sé que en algún punto habrá una solución. Mientras tanto, lo único que nos queda es adaptarnos a las dificultades y superar los retos que se nos presenten.