Siempre se nos recomienda ahorrar un porcentaje de nuestro sueldo para cualquier emergencia, para juntar dinero para nuestro retiro, así como también para hacer compras significativas tales como la adquisición de un automóvil o una casa. Sin embargo… creo que la mayoría de las personas no sabe exactamente cuál es el monto específico que debería ahorrar. ¿Qué recomiendan los expertos? Algunos dicen que mínimo un 10%, otros se basan en la regla 50-20-30, así que… ¿a quién le hago caso? Desde mi punto de vista, el porcentaje ideal de ahorro depende de cada persona en particular, así que a continuación te explicaré cómo obtener la tuya para que maximices el uso de tu dinero.
No todos podemos ahorrar en la misma proporción
A mí personalmente me parece incorrecto designar porcentajes fijos al ahorro para todas las personas… puesto que cada persona tiene necesidades específicas y diferentes entre sí. Imagínate por ejemplo una persona que vive con sus padres y no paga renta ni todos servicios: esta persona podría ahorrar muchísimo más que un padre de familia con varios hijos, pagando una casa y el crédito de su auto. Es importante determinar un porcentaje de ahorro basado en las circunstancias personales.
La manera más apropiada, desde mi punto de vista, consiste primeramente en evaluar cuál es nuestro ingreso residual una vez que cubrimos nuestras necesidades básicas. A partir de aquí, puedes hacer una partición entre el ingreso que puedes dedicar a tus gustos y el ingreso que podrás destinar al ahorro. El objetivo es que determines un porcentaje realista que puedas cumplir consistentemente.
Para ejemplificar la razón por la cual es difícil establecer el mismo porcentaje de ahorro para dos personas diferentes, voy a continuar con el ejemplo de la persona que vive con sus padres contra el padre de familia. A continuación enlisto los posibles gastos que podrían tener:
En la tabla anterior vemos que naturalmente, el padre de familia a cargo de su esposa y dos hijos tiene una mayor obligación financiera en sus gastos porque tiene que pagar renta, además de servicios y alimentos. Estos gastos son inamovibles. Como esta persona tiene un ingreso menor que el profesionista, dedica una menor cantidad de dinero a entretenimiento y restaurantes, pero a pesar de ello su ingreso residual o posible ahorro resulta mucho menor que el profesionista que vive con sus padres. Este último al no pagar renta ni hipoteca para su casa, dedica gran parte de su dinero a gustos personales y aun así el ahorro potencial es elevado.
Si a ambas personas les dijéramos que deben ahorrar un 30% de su sueldo… probablemente el profesionista no tendría ninguna dificultad al respecto porque no tiene prácticamente gastos de necesidades básicas. Sin embargo para el padre de familia, esto se lograría únicamente reduciendo todos sus gastos en entretenimiento y restaurantes, además de dejar de pagar el crédito de su automóvil. Bien se podría decir que el crédito automotriz no es un gasto indispensable ya que puedes prescindir del coche para reducir el costo de tu transportación al utilizar camión o metro… sin embargo tampoco es el objetivo ahorrar a costa de disminuir drásticamente tu nivel de vida.
No obstante, si le decimos al padre de familia que su tasa de ahorro más óptima es del 10% entonces quizá sólo necesite reducir un poquito más el gasto de entretenimiento y listo… estará siendo capaz de mantener un ahorro realista sin sacrificar sus necesidades básicas ni mucho menos la adquisición de patrimonio a través del crédito automotriz.
En términos generales… entre mayor sea tu ingreso, mayor debería ser tu porcentaje de ahorro
Con el ejemplo anterior se puede concluir que aquellos que tienen un ingreso mayor son quienes deberían tener porcentajes de ahorro más altos. El cubrir nuestras necesidades básicas no debería ser tan variable de persona a persona… así que entre mayor sea tu ingreso, tu tasa de ahorro óptima debería poder ser mayor.
No obstante es entendible que, cuando tu ingreso es mayor, tu definición de “necesidad” puede ir cambiando paulatinamente. Quizá si te promueven en tu trabajo y ganas un sueldo más alto, de pronto sientes la necesidad de cambiarte de departamento a uno más cerca del trabajo, que al final podría resultarte en una renta más costosa. Después de todo, la vivienda —y por ende, la renta— es un gasto imposible de evitar, ¿no es así?
La definición entre un gasto indispensable y un gasto superfluo puede tornarse complicado de realizar porque existe una cantidad impresionante de productos en el mercado que pueden satisfacer nuestras necesidades básicas. Si tienes hambre, la puedes calmar comiendo tanto en una fonda económica como en un restaurante de lujo. Y no tiene nada de malo darse un gusto en un restaurante caro de vez en cuando… pero en el momento en que tus ahorros no te permitan realizar tus objetivos a mediano y largo plazo, entonces muy probablemente tendrás que ajustar tus cuentas. ¿Realmente es indispensable comer a diario en restaurantes de lujo? Mi consejo en este caso es que no te engañes: en el fondo todos sabemos cuáles son nuestros caprichos y cuáles son nuestras verdaderas necesidades.
Evalúa tus números y decide… desafortunadamente nuestro ingreso es finito, así que en el momento en que estés realizando planes a mediano y largo plazo, establece objetivos de ahorro y realiza ajustes a tu esquema de gastos actual. Es muy posible que el dinero se te esté yendo en pequeñas cosas que no te darán el mismo beneficio a que si lo canalizas en cosas que realmente deseas.
Así que ya lo sabes… puedes basarte en la tabla anterior para calcular tus propios números y establecer tu porcentaje de ahorro ideal. Enfrentar nuestra realidad es el primer paso para tomar acciones y acercarnos cada vez más hacia nuestros sueños.
¿Aún no sabes cómo calcular tu porcentaje de ahorro óptimo? ¿Necesitas ayuda para estructurar tus finanzas? ¡Mándanos un mensaje! Te podemos ayudar en lo que necesites.