A lo largo de mi experiencia como asesora financiera, he visto una gran cantidad de personas que le temen a las tarjetas de crédito. Piensan que son productos demasiado complejos, caros, o simplemente que son innecesarias para el manejo de sus finanzas.
Si bien una tarjeta de crédito no es indispensable en nuestra vida, lo cierto es que es un producto financiero que puede ayudarnos a potencializar la administración de nuestro dinero. Por lo tanto, a continuación, te comparto cuatro mitos bastante comunes sobre las tarjetas de crédito y la realidad de cada uno de ellos:
Las tarjetas de crédito son caras
Las tarjetas de crédito son productos financieros que tienen tasas de interés elevadas a comparación de otro tipo de créditos. Un crédito hipotecario o automotriz ofrecerán tasas menores porque existen bienes en garantía en caso de impago… cosa que no sucede con las tarjetas de crédito.
Sin embargo, esto no necesariamente significa que todas las tarjetas de crédito son caras. Si eres un cliente “totalero”, es decir, que pagas el total de tus compras antes de la fecha límite de pago, entonces nunca tendrás que pagar nada por concepto de intereses. Así que tu único desembolso provendrá de la anualidad de tu tarjeta.
No obstante, también puedes ahorrarte la anualidad si eliges una tarjeta de crédito que no cobra esta comisión. Cada banco cuenta con su tarjeta sin anualidad… por lo que es cuestión de elegirla correctamente para evitar pagar cargos extra.
No hay nada mejor que el efectivo
Algunas personas piensan que el único beneficio que les provee su tarjeta de crédito es el pagar compras en distintos establecimientos, por lo que prefieren utilizar efectivo para enfrentar sus gastos. Así podrían evitarse el pago de intereses o el uso excesivo de su línea de crédito.
Sin embargo, los beneficios asociados a una tarjeta de crédito van más allá de ser un simple medio de pago. Al contar con una tarjeta de crédito, estarás generando historial crediticio que te podrá dar acceso a otros créditos en el futuro. Esto sucede, por supuesto, mientras pagues a tiempo tu crédito.
Algunas tarjetas de crédito ofrecen recompensas en efectivo por tus compras. Así que, si la utilizas para hacer gastos dentro de tu presupuesto, podrás obtener un porcentaje en efectivo de regreso por dichos desembolsos.
Otro beneficio de las tarjetas de crédito es que puedes diferir el pago de tus compras y aún así evitar pagar intereses. Si realizas una compra el día posterior a tu fecha de corte, puedes pagarla hasta cincuenta días después de dicha compra sin ningún cobro o penalización.
Eres propenso a fraudes o cargos no reconocidos
Utilizar tarjetas bancarias para pagar tus compras físicas o por Internet siempre viene asociado a un riesgo por fraude o clonación. Esto es indiferente de si utilizas tarjetas de crédito o débito como medio de pago.
El beneficio de utilizar una tarjeta de crédito en esta situación es que es más sencillo hacer el reporte o aclaración en caso de fraude o cargos no reconocidos. Basta con llamar a tu banco para aclarar cualquier anomalía en tu estado de cuenta, y usualmente es cuestión de tiempo para que te eliminen dichos cargos.
Todas son iguales
Hay quienes consideran que las tarjetas de crédito son todas iguales, por lo que les es indiferente elegir una sobre otra. La realidad es que existen distintas para múltiples perfiles y tipo de usuarios, por lo que, si quieres sacarle mayor provecho a una, debes elegir aquella que vaya en función de tus circunstancias particulares.
Por ejemplo, ¿eres un viajero frecuente? Existen tarjetas de crédito que incluyen servicio de concierge en tus viajes, o que ofrecen descuentos en distintas aerolíneas. Por otra parte, ¿eres de los que prefieren no pagar anualidad? También existen aquellas que omiten el pago de esta comisión, a costa de una tasa de interés más elevada.
Para darte una idea del tipo de perfil que tienes, tenemos en nuestro blog la entrada Comparativo: ¿Cuál es la mejor tarjeta de crédito? que incluye los beneficios principales de distintas de acuerdo con el uso que le vas a dar.
En conclusión, las tarjetas de crédito son excelentes herramientas para financiar nuestras compras, generar historial crediticio y obtener beneficios acordes a nuestro perfil como clientes. Una tarjeta de crédito también te da la seguridad de estar protegido en caso de robo o extravío, a diferencia de utilizar efectivo como medio de pago.
Eso sí, es sumamente importante utilizarlas con responsabilidad y pagar el total de tus compras antes de la fecha límite de pago. Si liquidamos únicamente el pago mínimo, los intereses mermarán los beneficios que podríamos obtener con nuestra tarjeta de crédito.
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