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Cómo vivir solo y no morir en el intento

Millenial, ¿estás pensando en dejar la casa de tus padres e independizarte? Antes de tomar cualquier decisión, tienes que hacer cuentas y poner en orden tus finanzas. De no ser así, tu sueño de vivir solo podría convertirse en una pesadilla. A continuación te damos unos puntos para evaluar si ya estás listo para tomar el siguiente paso.  

Es común que una vez que terminamos nuestros estudios, empezamos a trabajar y ganamos dinero, uno de los primeros pensamientos que se crucen por la mente sea el de salirte de la casa de tus padres. La decisión no es tan sencilla y no puede tomarse a la ligera, puesto que este cambio implica cambios considerables en la organización de nuestros ingresos.

¿Cómo puedo saber si ya puedo irme a vivir solo?

En este momento seguro ya cuentas con un ingreso que has podido usar con cierta libertad al vivir en la casa de tus padres. Sin embargo, debes considerar que la independencia traerá consigo una serie de gastos que no tenías contemplados.  

Para saber si es factible el vivir solo, necesitas organizar un presupuesto de ingresos y gastos. Si al final de este análisis los ingresos son mayores al gasto, entonces será posible llevar a cabo tu plan de independencia. Los gastos más importantes a considerar son los siguientes:  

  • Renta: Este es el desembolso principal que vas a adquirir una vez que vivas solo. Por regla general, se considera que este gasto no debe ser mayor al 30% de tu ingreso total; de otro modo, estarías teniendo dificultades para absorber otros gastos igual de indispensables para vivir. Es recomendable que en los primeros años de independencia, se busque compartir alojamiento con roomies o compañeros de cuarto para que el gasto de renta sea más económico. También es importante recordar que en la mayoría de los contratos de arrendamiento, se pide un depósito que suele rondar entre uno y tres meses de renta por adelantado, por lo que debes tener la liquidez necesaria para cubrir este monto.
  • Servicios: Ahora que vivirás por tu cuenta, tienes que considerar que los servicios tales como la luz, el gas, internet, y el agua también tendrán que ser incluidos en tu presupuesto de gastos. En algunos contratos de renta ya se incluye el pago de algunos de estos servicios. Es importante analizar tus opciones y decidir si te conviene que los servicios sean incluidos en tu renta mensual.
  • Transporte: Este punto va ligado en parte con la ubicación de tu nuevo domicilio. Para escoger en dónde vivir, tienes que considerar la distancia que hay entre tu casa y tu trabajo. Las rentas más baratas suelen estar en los lugares más apartados, por lo que si te decides por esta opción puede que incrementes tu gasto en gasolina, o en transporte público.
  • Comida y despensa: Gastos que quizá nunca habías considerado antes en casa de tus padres ahora serán indispensables para tu supervivencia. Shampoo, papel higiénico, jabón, detergente… debes calcular cuánto debes comprar de todos estos artículos para abastecer tu despensa. El gasto de alimentación también es sumamente importante, y en este rubro es en donde es más fácil caer en la comodidad al comprar comida ya hecha. Los platillos te serán más económicos si los preparas tú mismo en vez de pedir a domicilio o ir a restaurantes.
  • Fondo de Emergencia: Suponiendo que puedes cubrir tus necesidades básicas sin problemas, debes tener también una cantidad de ahorro destinado a utilizarse en caso de emergencia. ¿Y si tienes algún accidente de auto? ¿O qué tal que se te descompone la lavadora o el refrigerador? Este tipo de eventualidades correrán ahora por tu cuenta, por lo que debes estar preparado para afrontarlo.

Considerar todos estos gastos implica que tendrás menos dinero disponible para ciertos gustos tales como ropa, viajes, o salidas con amigos a bares y restaurantes. Habiendo realizado el presupuesto con los puntos anteriores, revisa cuánto dinero te queda para tu entretenimiento; también es importante que no te quedes sin disfrutar el fruto de tu trabajo. Independizarte, por otro lado, te permitirá ser más consciente de los gastos innecesarios que puedes reducir para lograr tu objetivo.

Ya consideré los puntos anteriores y sí me alcanza, ¿qué otros aspectos tengo que considerar?

Si tienes deudas de diversa índole, será más conveniente cubrir primero estos pasivos antes de aventurarte a vivir solo. Así tendrás un mayor ingreso disponible al momento de independizarte. Antes de dar cualquier paso para llevar a cabo una meta financiera —en este caso, la independencia económica—, primero debes asegurarte de tener unas finanzas sanas para su realización.  

Si bien anteriormente mencionamos la importancia de un fondo de emergencia para cualquier eventualidad, también es esencial ahorrar consistentemente para lograr otras metas que tengas en mente. Comprar un departamento o casa puede ser una meta más ambiciosa, pero bien puede realizarse con una buena planeación a largo plazo. Quizá también tengas en mente adquirir un auto, o ahorrar para tu boda; recuerda que todas tus metas son posibles si trabajas en ellas. Tampoco olvides que debes ir ahorrando para tu retiro. Entre más pronto comiences, podrás gozar de una mejor calidad de vida al momento de jubilarte.

Entonces… ¿estás listo para vivir solo?

Tu independencia económica es un paso muy importante para crecer y madurar.

¡Analízalo muy bien para que no te arrepientas de tu decisión!

Recuerda que si tienes alguna duda o comentario, nos puedes escribir en nuestro chat. Estamos a tu disposición para lo que necesites.